Este 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, fecha que ha establecido Naciones Unidas para recordarle al mundo la importancia de la lucha de las mujeres por su participación en la sociedad y su desarrollo íntegro como persona, en pie de igualdad con el hombre.
Sobre este aspecto, la hermana Gloria Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosas/os (CLAR) ha conversado con ADN Celam para recordar que “en el fondo del deseo y el imperativo de una mayor presencia y participación de la mujer consagrada en la Iglesia, no hay una ambición de poder o un sentimiento de inferioridad”.
Añade que “tampoco hay una búsqueda egolátrica de reconocimiento; sino un clamor por vivir en fidelidad el proyecto de Dios, que quiere que en el pueblo con el cual Él hizo alianza, todos se reconozcan en condición de hermanos”.
“Se trata de un derecho a la participación y a la igual corresponsabilidad en los discernimientos y en la toma de decisiones, pero es fundamentalmente un anhelo de vivir con conciencia y en coherencia con la dignidad común que a todas y todos da el bautismo”, apostilla.
Por dinámicas inclusivas
¿Qué avances puede mencionar con respecto al tema reivindicativo de las mujeres en la Iglesia y en la sociedad?
“Hemos dado pasos, pero hoy más que nunca los procesos de liberación de las mujeres van más allá del mejoramiento de la calidad de vida o el reconocimiento de los derechos a la educación, el trabajo, la salud.
De lo que se trata es de generar dinámicas inclusivas, sobre todo para las mujeres más pobres y modos relacionales que no sean subordinados y que aseguren la valoración, la defensa de la vida, el empoderamiento y la participación en las dinámicas sociales y eclesiales en las que se toman las decisiones y se determina el rumbo”.
Con la mirada en Jesús
Mujeres del Alba, ¿cómo ha sido acogido por las religiosas y religiosos del continente?
“Han acogido con mucha receptividad el Icono inspirador de la CLAR para este trienio. En Ellas, contemplamos las mujeres de la más radical osadía, las que supieron aferrarse a la esperanza, las pioneras de nuevos caminos de evangelización y misión.
Ellas nos van movilizando por caminos de compromiso y entrega y nos motivan a vivir con sentido y radicalidad nuestra vocación de consagrados. Con ellas, reconocemos que la mirada debe estar fija en Jesús”.
Espíritu de sinodalidad
Próximamente lanzará su libro “Con Ellas: mujeres consagradas en el espíritu de la sinodalidad” bajo el sello editorial del Celam, ¿cómo surgió esta propuesta editorial y cómo logró concretarla?
“Las mujeres han sido muchas veces, al interior de la Iglesia, invisibilizadas, marginadas. En algunos contextos se han desconocido sus aportes en las áreas bíblica, teológica, pastoral.
Sin embargo, con la gracia que da el Espíritu y la fuerza de la sororidad, ellas se van abriendo camino y se empoderan unas a otras en el empeño por evidenciar el potencial femenino y por servir de manera nueva y significativa al Reino en la Iglesia.
La propuesta del libro “CON ELLAS”, surge para visibilizar en el hoy y para la historia, el aporte de algunas mujeres, en la construcción de la Iglesia desde el espíritu de la Sinodalidad”.