El santuario se construyó en honor de la Virgen que, según se dice, se apareció a cinco montañeros que se habían perdido por la noche y que necesitaban volver a Taipei y a su trabajo. Los cinco, no católicos, dijeron que una Señora les condujo a salvo por la montaña, e identificaron a la Señora como la Santísima Madre.
El Santuario fue construido por la Archidiócesis de Taipei. Cuenta con una capilla, una gruta de la Virgen y algunos edificios. Un sacerdote residente y algunas religiosas viven allí y, a veces, los católicos laicos pueden utilizar ese lugar para descansar y hacer un retiro en silencio. Como el santuario está situado a mitad de camino de la cima de la montaña y hay una cascada en las cercanías, es un lugar favorito para los montañeros y los turistas de todo Taiwán, incluso de países extranjeros.
El señor John Paul Lin es natural de Taiwán. Está muy motivado en la evangelización y en el proceso sinodal, consciente de la rápida disminución del número de católicos en Taiwán. Su celo y dedicación son realmente notables y admirables. De una manera sencilla y cercana, en sus diálogos con los turistas, les responde también a las dudas o preguntas que le lanzan sobre la fe católica.